El obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, presidió el Miércoles de Ceniza en la Santa Iglesia Catedral con la celebración de la santa misa en la que recordó la perspectiva de este tiempo santo, “vivir la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo”.
El prelado pidió que nos pongamos en camino a partir de una doble certeza, la de reconocer que somos pecadores y la de saber que Dios es misericordioso con nosotros. “Cuaresma es un tiempo para experimentar esto, para renovarnos y hacernos nuevos a partir de ese binomio”, aseguró.
Asimismo, instó a los fieles acercarse al sacramento de la penitencia y a “no endurecer el corazón si escucháis la voz del Señor, porque la respuesta de conversión tiene que ser auténtica”.
Seguidamente, el pastor de la Diócesis procedió a la bendición e imposición de las cenizas a los fieles, tal y como ha marcado el Vaticano a través de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos.
Con este gesto, que se conserva en la Iglesia como signo de la actitud del corazón penitente que cada bautizado está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal, comienza el camino hacia la Pascua.